En mi vida he pasado por muchos consultorios psicológicos, por suerte para mi familia nunca fue un tabú.
Cuando mi mejor amiga se mudó, me empezaron a dar ataques de ansiedad, de los que no conocía el porqué.
Por suerte, ellos me ayudaron a ser conscientes de mis emociones, y desde ese momento, el psicologo forma parte de mi vida. Cuando después me mudé yo, todo cambió radicalmente.
En mi ciudad he corrido con la suerte, después de muchos problemas y cambios, conseguir un psicologo de alzira que lo valiera.
La experiencia de asistir y cuidar de tus emociones no es fácil, pero sí gratificante