Los inversores y consumidores de hoy toman decisiones como consumidores guiados por sus aspiraciones y por el impacto positivo que se produce en el sistema a través de sus elecciones de compra e inversión y buena prueba de esto es el crecimiento de la inversión y de las ventas de empresas que producen productos y servicios creados de forma sostenible y respetuosa con el Medio Ambiente.
Esta nueva forma de consumir y de invertir se está extendiendo a todos los sectores y el mundo de las finanzas no es una excepción y por eso los españoles premian la transparencia en su relación con las instituciones financieras y con las empresas respetuosas con la ecología y la sostenibilidad y por eso quieren que su dinero invertido también tenga un impacto positivo en el medio ambiente y en la economía.
Criterios para financiar mediante Crowdlending a empresas “verdes”
Si bien existen criterios y etiquetas para calificar las inversiones responsables, el público en general no parece estar familiarizado con los términos ESG (Environmental, Social and Governance:”’Factores medioambientales, Sociales y de Gobierno corporativo”) o SRI (Socially Responsible iInvesting: “Inversión Socialmente Responsable“) y, claro, esta falta de familiarización con estos términos socava la visibilidad y la viabilidad de las inversiones socialmente responsables y de las inversiones financieras sostenibles entre los ahorradores e inversores motivados por este tema.
Además, la ciudadanía ha desarrollado un sentimiento de desconfianza hacia las instituciones financieras tradicionales que hasta hace bien pocas fechas se dedicaban a financiar descaradamente a empresas altamente irrespetuosas con el medio ambiente, como les empresas de combustibles fósiles contaminantes, o a financiar empresas que incluso que evadían el pago de impuestos domiciliando su sede en algún paraíso fiscal como Las Islas Caimán, por ejemplo.
Brecha entre la Banca Tradicional y los inversores comprometidos con el Medio Ambiente
Por tanto, existe una brecha entre las expectativas de los inversores y la oferta ofrecida por la banca tradicional y ese hueco es el que pretenden cubrir las nuevas empresas del sector financiero fintech y más concretamente las nuevas empresas de Crowdlending presentándose al gran público como verdaderas empresas alternativas de inversión y de financiación de empresas comprometidas con la sostenibilidad y con la conservación del medio ambiente.
Esta discrepancia no proviene necesariamente de la falta de alineación entre la oferta y la demanda, sino más bien de varios factores, que combinan la falta de visibilidad y el desconocimiento de los productos existentes con una falta de confianza en la relación institución financiera-inversor. Un terreno fértil para el desarrollo de una nueva oferta, basada en una relación de confianza al servicio de las aspiraciones de los ahorradores.
Una oferta de financiación responsable: El Crowdlending verde.
Las empresas de Crowdlending han desarrollado una serie de servicios de financiación específicos para este tipo de empresas comprometidas con el desarrollo sostenible y algunas, como LA BOLSA SOCIAL que financia proyectos a empresas que tengan un impacto social positivo o como NOSTOC BIOTECH que nació con la finalidad de producir una transformación de la agricultura para hacerla más sostenible mediante productos de fertilización basados en el humus de lombriz y también productos para la lucha contra plagas y enfermedades agrícolas.
Y para ello se han creado o adaptado otros productos y servicios financieros para integrar criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG-SRI) para así dirigir flujos financieros hacia empresas comprometidas con este aspecto.
Futuro del Crowdlending en la financiación de empresas “verdes
El futuro es prometedor, pese a que las Plataformas de Crowdlending están facilitando la financiación a las empresas que producen este tipo de productos “verdes”, sigue siendo complicado colocarlos en la economía real porque tiene una producción más compleja y más cara y hacerlos rentables es complicado, además al inversor le cuesta de ver cual es la cuantificación del impacto total de sus ahorros que son realmente invertidos en “verde”, no obstante, esta es una tendencia que no ha hecho más que comenzar y que, a buen seguro, irá a más con el paso del tiempo proporcionándole al inversor-ahorrador una conciencia más tranquila al saber que su dinero se está destinando al desarrollo de productos y servicios que son sostenibles y respetuosos con la ecología y el medio ambiente.
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ESTEBAN LÓPEZ
